Abog. Oswaldo Angamarca
Coincidir en el tiempo y la fecha es una gran oportunidad para saludar y agradecer a mi Escuela ÁLVAREZ SÁNCHEZ COLOMBIA, al celebrar su centenario de incesante labor educativa en servicio de la niñez y adolescencia de nuestra parroquia Gualel. Esta institución educativa me confirió el soporte inicial para apuntalar mi vida personal y profesional, a través de mis maestros, quienes con su solidez académica y entrega diaria aportaron a mi formación; por lo cual, debo mencionar a mis profesores, Wilman Loarte, Mercedes Tene, Iván Sinche y Rosa Carrillo, a quienes extiendo mi gratitud perdurable.
A mis compañeros de Escuela los tengo presente en mi memoria, a muchos no he vuelto a verlos tampoco a interactuar, con pocos he mantenido trato; por el acontecimiento conmemorativo del centenario, pude leer en el formado grupo algunos nombres conocidos, recordados y compartir algunas palabras; aunque podría omitir algún nombre sin intención de excluirlos, quiero mencionar a esos niños que por un espacio de tiempo fuimos compañeros y compartimos nuestros momentos de vida: Carlos, Rodrigo, Luciano, Josué, Milton, Olga, Cecilia, Carmen, Emma, Ernán, Cilsa, Rosa, Edmundo, Ismenia, Freddy, Leonso, Auxilia, Franklin, Olger, Edilma, Elsa, Edilia, María, Yolanda, Juan, Araldo, etc.; existen actos y lapsos que marcan la vida, compartir con ustedes ese espacio de tiempo en nuestra escuela fue uno de los momentos más significativos para mí, por lo que los recuerdo.
Confío que la Unidad Educativa Álvarez Sánchez Colombia, continuará dando esa oportunidad vital y formando a los niños y niñas de Gualel; es una necesidad ineludible que continúe con su labor educativa, y que tenga el soporte necesario, de recursos financieros otorgado por el órgano encargado de la educación y finanzas del país, talento humano suficiente y todos los recursos necesarios para su buen funcionamiento; es un derecho, que quizá desde el deber ser lo enfatizo a las autoridades cantonales, provinciales y nacionales su responsabilidad, con esta nuestra institución.
Quizá en lo posterior pueda recorrer nuevamente el interior de mi escuela, sus aulas, su espacio; mirar desde otro momento temporal a “mí institución”, creo que sería muy grato para mí; a pesar de la idea contrapuesta del cantautor y poeta Sabina, que sugiere que “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver. Porque el tiempo no perdona, y lo que fue ya no es, por más que lo busques”.
Que cumpla más centenarios de existencia institucional.
¡Viva la Unidad Educativa Álvarez Sánchez Colombia!